CENTENARIO DEL ORFEÓN DE GRAUS 1914-1918


CENTENARIO DEL ORFEÓN DE GRAUS 1914-1918

El Orfeón de Graus se creó en 1914. Por tanto se cumplen cien años de su existencia. Formaron parte de él más de 100 personas y fue todo un acontecimiento cultural y social para el Graus de la época. En este blog quiero recoger los acontecimientos más señalados de su historia, así como los del que fue su director Manuel Borguñó.

lunes, 17 de octubre de 2016

DISCURSOS EN EL BANQUETE DEL TIBIDABO II

DISCURSO DE TOMÁS COSTA

Señoras y señores:

Después de tan suculenta comida, de los ardores producidos por el champagne y emocionado por las pruebas de afecto recibidas de todo lo que vale y significa en esta hermosa capital, de todo el pueblo barcelonés, difícil ha de serme coordinar pensamientos e ideas que se aproximen a expresar el inmenso sentimiento de nuestra gratitud.

Decía el diario El día gráfico al dirigirnos cariñoso saludo, "que estábamos en nuestra casa, y que los habitantes de Barcelona son nuestros amigos, nuestros admiradores, nuestros hermanos", y así lo entendimos nosotros, fundados en que la villa de Graus aragonesa, perteneció un tiempo, como todo el Condado de Ribagorza, a Cataluña; todavía en el siglo XVI la lengua usada en Graus era la catalana, y de aquello ha quedado un dialecto mestizo, en parte aragonés, o dígase castellano, en parte catalán.

Con ocasión de un mensaje dirigido por cuarenta mil barceloneses a mi malogrado hermano Joaquín, decía éste a los portadores del mismo, entre los justos elogios tributados a la seriedad del carácter catalán y al genio industrial y trabajador de esta raza, que en el cuadro de los apellidos españoles, el suyo y el mío es por excelencia, catalán. De modo que, en rigor, podría considerársenos tanto como de la colonia aragonesa en Barcelona, de la colonia catalana en Zaragoza. Esto viene a confirmar nuestra presunción: aquí estamos como en nuestra propia casa, comiendo fraternalmente con nuestros hermanos; hermanos de sangre, de raza, de historia; respirando nuestro amor a la patria chica, sano y confortador, para amar con mayor intensidad a la patria grande; fundiendo nuestras dos almas en una, rubricando nuestro pacto de unión para sostener nuestros fueros y afirmar nuestras libertades civiles, cuidando juntos "que el rey sea el primer esclavo de la ley", como hizo siempre Cataluña. (Grandes aplausos).

Os decía al principio, que me sería difícil poner en relación ideas y pensamientos que fluyen en tropel a mis labios. En pocas ocasiones ha sido tan intensa la impresión emotiva que experimenta mi espíritu al encontrarme entre vosotros y en esta ciudad, entre vosotros, porque traéis a mi memoria recuerdos de la infancia, porque vuelvo a través de muchos años a estrechar la mano de aquellos y aquellas con quienes había jugueteado, y que luego, repartidos por España, no habíamos vuelto a vernos. El habernos reunido en la Casa de Aragón, porque en ella se aspiran los aires de mi tierra bendita, porque estoy entre mis paisanos, porque, en una palabra, nos reunimos los hijos del Pilar para festejar regocijado a nuestra excelsa patrona, aquella Santa del Ebro, la más simpática de todas, ante la cual se ponen de hinojos los creyentes y los no creyentes, y que a su invocación nuestros labios modulan insensiblemente aquellas dulces palabras; "Dios te salve, Reina y Madre..." (Aplausos).

Y siento el natural temor a vuestros desproporcionados obsequios en relación con nuestra modestia, y con la modestia de nuestro Orfeón; de él no he de hacer elogio, pronto le vais a escuchar, y Barcelona será el benévolo juez que ha de fallar; pero, sí os diré, que este simpático grupo de agraciadas grausinas y de abnegados amigos míos le forman gentes honradas salidas de todas las esferas sociales, dada su población, y que por tanto, aquí tenéis la genuina, la verdadera representación de todo Graus, aquellos que tuvieron suerte de recoger los últimos latidos del "León", los que son y componen el pueblo de nuestro Costa. (Aplausos, ¡viva Costa!).

Almuerzo en el restaurante Tibidabo

Esa masa coral aragonesa, nacida en las faldas del bravío Pirineo, no viene aquí con ridículas pretensiones. Al venir a Barcelona, conocedores de su modestia, no vienen a cosechar laureles, ni a mendigar lucro, -vana pretensión sería-, viene a la hermosa capital del Principado, cuna de los orfeones, cultivadora del bello Arte, en busca de inspiración, a recoger sus enseñanzas, confiados en la benevolencia de catalanes y aragoneses, ya que reúne la simpatía coincidencia de ser el Orfeón que os visita, tanto catalán como aragonés, pues si la masa es de Graus, la dirección es de Cataluña.

Levanto mi copa en demostración de gratitud. Con vuestros obsequios nos habéis rendido; nos constituís en mayor deuda, nos obligáis a mayor reconocimiento; quedamos infinitamente confundido; Graus os envía el Orfeón como simpático mensajero que os trae de aquella villa del Ésera expresivo, cariñoso saludo; él os hablará con su música, que es el lenguaje universal y eterno por medio del cual se expresa el tierno idioma del entendimiento.

Y ahora, para terminar, y por mi exclusiva cuenta, os debo una declaración: admiro y aplaudo vuestro amor a la Región como parte integrante de la Patria. Yo soy regionalista como vosotros, pues si no lo fuera, no estaría aquí disfrutando de esta fiesta de progreso regional, y regionalistas son los aragoneses en Barcelona, prueba de ello es, el esfuerzo llevado a cabo para levantar su casa del "Centro Aragonés". Cuando se procura el engrandecimiento y prosperidad del pueblo en que se nace, y de la Región en que se vive, es que se siente la patria grande, próspera y feliz; de que cada casa, cada pueblo, cada Región es un trozo del todo, es un pedazo integrante de la patria española. (Murmullos de aprobación).

Habéis invocado a Costa y le habéis dedicado frases de ternura, yo os lo agradezco desde el fondo de mi alma. Tenéis razón; en los últimos años de su vida parece que Costa había encarnado el simbolismo de Patria; él la sentía, él la lloraba, y aquellas sus lágrimas eran rocío confortador en aquella su eterna aspiración, preocupación constante de redención, de redención de la patria envilecida y humillada y el ansia anhelante de mejoramiento moral y material de las clases trabajadoras, único sostén de la patria española.

Desde tierras de Castilla se os mira con recelo, pero es que nos os conocen, que no os comprenden, que no han estudiado vuestras aptitudes. Vosotros y nosotros amamos la región, adoramos la bandera que simboliza la patria como herederos de Wifredo; y Prusia nos da ejemplo de su poderío amparado en el engrandecimiento de sus regiones, federadas para la defensa y sostén de la Patria común.

Amad, amad mucho la bandera regional, que de la unión de todas ellas está zurcida la bandera rejuvenecida de la patria grande, de la patria española. (Grandes y prolongados aplausos).

El Ribagorzano, 18 de enero de 1917

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