CENTENARIO DEL ORFEÓN DE GRAUS 1914-1918


CENTENARIO DEL ORFEÓN DE GRAUS 1914-1918

El Orfeón de Graus se creó en 1914. Por tanto se cumplen cien años de su existencia. Formaron parte de él más de 100 personas y fue todo un acontecimiento cultural y social para el Graus de la época. En este blog quiero recoger los acontecimientos más señalados de su historia, así como los del que fue su director Manuel Borguñó.

domingo, 21 de junio de 2015

EL ORFEÓN EN BARBASTRO

21 DE JUNIO DE 1915

El andén de la estación a la hora de llegada del tren que conducía a los orfeonistas, estaba abarrotado de inmenso público que aclamó al Orfeón de Graus y le acompañó hasta su hospedaje.

Accediendo a los unánimes deseos de nuestros hermanos los barbastrenses, a las siete de la tarde se celebró un concierto en el coliseo principal tomando parte la masa coral y las gentiles señoritas Conchita López y Pepita Sazatornil.

Otro éxito y un triunfo más, a pesar del gran ajetreo y cansancio de los orfeonistas, tienen estos
que añadir con el concierto de Barbastro.

Joaquín Costa en el Teatro Principal de Barbastro

El teatro se llenó de bote en bote y no cesaron durante el concierto las ovaciones y aclamaciones que los barbastrenses tributaron a los orfeonistas gradenses.

Por la noche fuimos amablemente invitados a unas funciones de varietés y a un baile en el elegante casino de la Amistad.

A las dos de la mañana partimos para Graus en 16 carruajes llegando a nuestra villa a las once de la mañana, esperando a la entrada de la población casi todo el pueblo de Graus con música que aclamaba y vitoreaba a la entidad gradense que con tanta gloria arribaba de su primera excursión, poniendo muy alto el nombre de Graus.

Por las principales calles, se dirigió la numerosa comitiva al Ideal Cinema, en el que su entusiasta presidente D. Tomás Castillón, dirigió la palabra, dando las gracias a los buenos gradenses que sentían con los orfeonistas la satisfacción del triunfo obtenido por el Orfeón, que es el triunfo de Graus.

Hizo constar su agradecimiento para con los orfeonistas que con tanto esmero y patriotismo se habían conducido en la excursión que acababan de realizar; y con un entusiasta viva Zaragoza y viva Graus terminó el acto de la llegada a Graus, que fue un acontecimiento.

El Ribagorzano, 27 de junio de 1915

EL ORFEÓN EN ZARAGOZA 6ª parte

21 de JUNIO de 1915

Despedida

Hoy, a primera hora de la mañana, regresan a sus lares estos peregrinos del arte que, durante dos días, han constituido la nota más simpática de la vida local.

Por las calles de Zaragoza han desfilado jubilosos. Ellas, cautivando a los zaragozanos con su belleza y con sus encantos ingenuos, candorosos, pletóricas de alegría al pasear por las vías principales de la capital de Aragón. Los abnegados, entusiastas y simpáticos orfeonistas, dando la nota de salud, de fuerza y de bizarría propias de la tierra montañesa.

Todos han sido nuestros huéspedes predilectos. Y su permanencia en Zaragoza ha sido cual una ráfaga de arte y de regionalismo que ha dejado huellas indelebles.

La comisión organizadora del Orfeón de Graus, constituida por los Sres. Castillón, Gambón, Barrós, Sazatornil, Samblancat y Ladaga, se ha hecho acreedora a los más efusivos elogios por su entusiasmo y actividad.

Al dar a todos cuantos integran el Orfeón de Graus nuestra cariñosa despedida, les reiteramos nuestra felicitación y, cordialmente, les decimos:

     -Hasta la vuelta

sábado, 20 de junio de 2015

EL ORFEÓN EN ZARAGOZA 5ª parte

20 de JUNIO de 1915

Segundo concierto

Con regular concurrencia se celebró en el teatro principal.

Lástima grande que no hubiera más público, pues tardaremos a oir conciertos tan notables como estos.

Fueron colocados en el proscenio los estandartes de los orfeones de Graus y Zaragozano.

El primero ostentaba una corbata moaré roja con la siguiente inscripción bordada en oro: HERALDO DE ARAGÓN al Orfeón de Graus.

Volvieron a cantar las obras corales Resurgimiento, preciosa composición de Borguñó; Canto de la Alondra, de Mendelssohn; y la marcha wagneriana de Tannhäuser, esta última bastante mejor acompañada por la orquesta que la noche anterior, a pesar de la escasez de elementos instrumentales para obra de tal categoría.

Se renovaron las manifestaciones de simpatía y agrado por parte de todo el auditorio.

Por primera vez se cantó el Himno a la Virgen del Pilar, original del director del Orfeón gradense. Es una composición muy inspirada de múltiples complicaciones polifónicas en la que Borguñó nos demostró lo mucho que sabe armonizando y dirigiendo.

En la segunda parte volvieron a cautivar al auditorio con su gracia y arte las bellísimas señoritas Sazatornil y López.

Las dos cantaron entre calurosas ovaciones varias tonadillas, algunas de ellas inéditas. Y los distinguidos oyentes pidieron que se cantara la Tirana, coplas goyescas que Pepita Sazatornil dijo con su inimitable donaire.


La última parte ofrecía dos novedades. Además de Ven, dulce amor y las Albadas, ambas de Borguñó, se cantaron La noche del amor, de Morera, en la que el ilustre autor de La canción del náufrago pone de relieve sus grandes méritos, un Himno a Costa, vibrante composición de D. Manuel Borguñó, también muy notable y la Jota Aragonesa de Retana.



Las famosas albadas populares hubieron de ser repetidas y el solista Sr. Baldelloc recibió abundantes aplausos.

También mereció los honores de la repetición la primorosa jota y al terminar la segunda vez el público, puesto en pie, poseído de entusiasmo desbordante, aplaudió y aclamó al Orfeón de Graus.

Los músicos de la orquesta también aplaudía fervorosamente, y se dieron vivas a Graus, a Zaragoza, a Huesca y Aragón.

Los orfeonistas también contestaban a las aclamaciones y a los aplausos, siendo unos instantes de gran emoción por el desbordamiento de entusiasmo regional de que daban gallarda muestra las dos provincias hermanas.

A instancias del auditorio pronunció breves y correctas frases de agradecimiento el director de la asociación coral.

El señor Borguñó dijo que consideraban los orfeonistas inmerecido el cariñoso homenaje que les tributaba el pueblo de Zaragoza y que agradecían en el alma las manifestaciones de simpatía de que habían sido objeto.

Se produjo la ovación y orfeonistas y espectadores salimos satisfechísimos de la memorable fiesta musical.

Dámaso Castejón

En el Orfeón Zaragozano

Como habíamos anunciado, visitó el Orfeón de Graus, al domicilio social de nuestra sociedad orfeónica.

Los salones del antiguo Palacio de la Música fueron invadidos por los orfeonistas gradenses, los zaragozanos y sus familias.

La recepción fue brillantísima. Hubo gran entusiasmo por parte de todos estrechandose los lazos de confraternidad entre unos y otros.

Se improvisó un concierto a cargo del Orfeón Zaragozano que cantó Aires del Montseny, de Bretón; El canto del Vivac, de Mallén Olleta, y el grandioso Ave Verum de Saint Saëns.

También cantaron selectas particellas algunos de nuestros orfeonistas; la niña Nieves Clemente, La espuma del champagne; Sr. Larrodera, una Plegaria la Virgen; Sr. Gil, El tamborilero, y el señor Jiménez la cavatina de Il barbiere di Siviglia.

Para el coro y para los solistas hubo unánimes y merecidos aplausos.

El Sr. Orensanz, en nombre del Orfeón Zaragozano y los señores Borguñó y Gambón, por el de Graus, pronunciaron sendos discursos de salutación y de mutuo cariño.

Con clamorosos aplausos y aclamaciones recíprocos terminó el simpático acto entre los dos orfeones en el que se sellaron los vínculos de afecto que ya existían anteriormente.


EL ORFEÓN EN ZARAGOZA 4ª parte

20 DE JUNIO 1915

La ofrenda de los orfeonistas

A las once y media de la mañana estuvieron los simpáticos orfeonistas en el Cementerio de Torrero, para depositar una corona de flores naturales sobre la tumba de Costa.

Rodearon los orfeonistas el lugar sagrado donde descansan los restos del insigne aragonés, descubrieronse los hombres, musitaron oraciones las señoritas y niños que forman parte de la masa coral y adelantándose el culto director de El Ribagorzano D. Marcelino Gambón colocó la hermosa corona de flores sobre la lápida de piedra que cubre el sepulcro del sabio.

El señor Gambón, emocionadísimo por el recuerdo de Costa pronunció breves y sentidas frases a la memoria del maestro; ensalzó sus obras, sus amores por Graus y por la patria, sus sabios consejos y terminó expresando su satisfacción por que la semilla que sembró Costa había fructificado en el Orfeón gradense, masa cultural nacida al calor de sus enseñanzas.

Honremos a nuestro muerto -decía el señor Gambón- continuando su obra meritísima en honor de España, del arte y de Graus.

Terminada la visita, los orfeonistas admiraron el mausoleo recientemente erigido a la memoria de Costa y abandonaron la necrópolis de Torrero silenciosos y conmovidos, al recordar la figura del hombre con quien convivieron y cuya vecindad inmortalizó en la historia el nombre de la villa de Graus.



Notas al margen

La noble villa altoaragonesa, -donde el gran Costa buscó refugio, escribió sus libros portentosos y encontró la muerte- debe mostrarse orgullosa de su naciente y notabilísimo Orfeón.

Un hombre de entendimiento y de corazón, un apóstol del Arte, Manuel Borguñó, puso a contribución de tan importante obra social, toda su inteligencia y todo su entusiasmo. En diez meses ha obrado el milagro de agrupar más de ciento cincuenta voluntades disciplinadas y dirigidas cabalmente por su temperamento de artista.

Hombres fuertes y laboriosos, bellas mujeres y risueños niños; cuanto en Graus vale y significa; en saludable confraternidad todas las clases sociales; han realizado una labor por mil conceptos admirable y cuya trascendencia en la vida local no ha de tardar en comprobarse.

[...]

Bien puede el Orfeón de Graus acometer las más difíciles empresas artísticas, pues, a parte de que el coro es muy nutrido y hay gran abundancia de voces de gratísimo timbre, vírgenes y plenas de salud, cantan con un estilo de vocalización irreprochable. He ahí uno de sus méritos sobresalientes. Sorprende también agradablemente la variedad de matices puestos de relieve en las páginas descriptivas, en las que la discreta ponderación vocal hace sentir la dulzura, la graciosa placidez de que están impregnadas las melodías.

Cantan con precisión y delicadeza. La firmeza en los ataques y en las explosiones contrastantes de sonoridad es completada por la perfección en los empastes de las distintas cuerdas. Lo que les permite dar a sus ejecuciones una expresión magnífica cuyo colorido recorre toda la grama de luz, de intensidad, de aterciopelado hasta el punto de que la línea melódica se esfuma, se diluye, por medio de pianísimos, sordinas y otros efectos a media voz.

Desde el débil murmullo hasta los brillantes conjuntos corales el orfeón de Graus canta con acentos apacibles, sin desgarrar en los fortísimos ni acelerar el tiempo, defectos en que incurren con frecuencia los orfeones poco disciplinados.

Las frases musicales son dibujadas. No es posible obtener mayor exactitud. Y cada obra alcanza así el relieve propio y bien definido que le caracteriza. En la articulación y modulación de las palabras pudimos apreciar una propiedad y un sentimiento armónico verdaderamente extraordinarios. De ahí que las estrofas se desarrollan, de una a otra cuerda de cantantes, en forma de espirales. Sobre todo en la resolución de las frases y en el procedimiento admirable de los grupetos, para conducir mejor las voces, nos convencieron los simpáticos gradenses de que vencen las mayores dificultades con gran sencillez. El ajuste es perfecto y merced a la seguridad con que vocalizan, su sosiego, y el exquisito sentido tonal de que hacen gala, consiguen siempre una afinación impecable.

En suma, hubo pasajes en que al escuchar a esta masa coral nos parecía oir la solemnidad y la armonía de un órgano: que es, a nuestro juicio, el desideratum a que pueden aspirar las agrupaciones orfeónicas cuando cantan composiciones a voces solas.

También es digno de los más efusivos encomios el Sr. Borguñó por sus laudables propósitos en favor de la típica canción española. Para expresar cuanto se quiera no es preciso recurrir a latiguillos, procacidades ni chabacanerías, cosas de gusto pésimo que están mandadas retirar de la escena por ser atentatorias a la pureza del arte lírico. No hace falta más que inspirarse en los cantos populares, tan pródigos y hermosos en nuestro país.

El folklore español es cantera de donde pueden sacarse grandes bellezas musicales sin apelar a procedimientos canallescos que hemos importado en mala hora. Para decir bien las coplas no hace falta más que conservar íntegramente el aire popular y exteriorizarlo con gracia honesta, candorosa, naturalísima. Y esa es la causa de que las distinguidas damitas del Orfeón de Graus Pepita Sazatornil y Conchita López, aparte de sus espléndidas facultades, hayan sido aplaudidas con insólito entusiasmo. Aquellas castizas tonadillas de autores desconocidos del siglo XVIII, especialmente La flor de la canela, El marabú y la Tirana del caramba nos hicieron evocar la épica inmortalizada por los cuadros de Goya y los sainete de Ramón de la Cruz.

La jota de ritmo variado, escrita por el notable compositor Sr. Borguñó, director de Orfeón, y cantada con mucho ángel por la señorita Sazatornil, es una página de inconfundible sabor regional. Ese es el camino, y no hemos de ser nosotros quienes regateemos el aplauso y el parabién muy cordial a tan cultísimo músico y a sus admirables discípulos que ponen el nombre de Graus a gloriosa altura.

Heraldo de Aragón, 21 de junio de 1915

viernes, 19 de junio de 2015

EL ORFEÓN EN ZARAGOZA 3ª parte

"Albadas" para el Orfeón de Graus

Para unir a la bandera
de ese notable Orfeón,
una cinta le dedica
el HERALDO DE ARAGÓN

Bendita morena, canta
una niña muy gentil;
para bendita morena,
Pepita Sazatornil.

Graus tiene cosas muy buenas
y de sus hijos amadas.
Dejadlas en Zaragoza,
que nos hacen mucha falta.

Conchita López cantó
El lenguaje de las flores;
la flor más linda de todas
se llama, Conchita López.

Ya se que estás en la cama
ya se que no duermes, no,
ya se que estás aplaudiendo
las obras de Borguñó.

MEFISTO

Heraldo de Aragón, 20 de junio de 1915

EL ORFEÓN EN ZARAGOZA 2ª parte

19 DE JUNIO DE 1915

"Primer concierto

Venciendo grandes dificultades, con la fe puesta siempre en el ideal, sin vacilaciones, sin desmayos, los meritísimos elementos que integran esta joven corporación artística pudieron realizar, al fin, su sueño dorado: ofrendar las primicias de su admirable obra al pueblo de Zaragoza.

Si consideraban galardón suficiente para sus desvelos el que aquí agradase su fervorosa labor, satisfechos pueden estar los simpáticos y notables orfeonistas gradenses, de la excelente acogida que les hizo anoche nuestro público en el Teatro Principal.

Fue un éxito clamoroso, entusiasta, definitivo. Nadie, por muy optimista que fuera, podía suponer que obtuviese el ya laureado Orfeón de graus, un triunfo tan halagüeño e indiscutible. Todo lo merece. Y es que asombra la magnitud del esfuerzo que se requiere para llegar a conseguir en un plazo relativamente breve una masa tan numerosa y disciplinada en la que no se sabe qué admirar más: la calidad de las voces o la perfección y el gusto con que cantan todas las composiciones.

Nuestro primer coliseo estuvo anoche bastante concurrido. Más debió estarlo, porque el programa tenía muchos alicientes y los precios eran muy económicos en relación a la importancia del espectáculo. [...]

 Calle del Coso y Teatro Principal

En la primera parte fueron cantadas por el Orfeón, con acompañamiento de orquesta Resurgimiento, del director señor Borguñó, y Patria nueva de Grieg; y a voces solas Canto de la Alondra, un breve y primoroso capricho de Mendelssohn, que fueron muy aplaudidas. Para terminar esta parte se cantó la conocidísima Jota del maestro Retana, que hubo de ser repetida en medio de una formidable ovación. En realidad no habíamos nunca oído interpretar con tanta maestría esta hermosa partitura netamente baturra, puesto que imitan las voces los instrumentos de una rondalla. El público no se cansaba de aplaudir la insuperable filigrana que hicieron en esta Jota los orfeonistas gradenses, que consiguieron uno de sus éxitos más resonantes.


 Canto de la alondra. Mendelssohn




La segunda parte estaba dedicada exclusivamente a la canción genuinamente española. [...]

Fueron las encargadas de cantar estas tonadillas antiguas y algunas copias modernas, las bellísimas y gentiles señoritas Pepita Sazatornil y Conchita López, contralto y soprano lírica, respectivamente. Tienen muy bonitas voces y dicen las frases con ingenua y graciosa atención. Además de algunas canciones del siglo XVIII figuraban otras dos de los maestros Granados y Borguñó.


El distinguido auditorio se entusiasmó con ambas cantantes y premió su labor con grandes aplausos y aclamaciones.

En la tercera parte sobresalieron unas Albadas populares, de Borguñó, cuyos solos cantó con muy puro estilo Antonio Baldelloc (Mustalá), que recibió una calurosa ovación. Puso fin al concierto la magnífica marcha de Tannhäuser, acompañada por la orquesta.


Con gran entusiasmo lo acogió el público, y los orfeonistas fueron muy aplaudidos y felicitados, el muy singularmente director D. Manuel Borguñó, que demostró su peculiar maestría dirigiendo todas las obras interpretadas.

Un telegrama

Durante el concierto recibió el director el siguiente despacho:
Centro Aragonés de Barcelona que sigue con satisfacción y entusiasmo brillante labor Orfeón que tan alto ponen actividad y competencia artística de usted y tanto dice en favor cultura Graus, ruégale le considere como en espíritu lo está en las audiciones Principal y acepte cariñosísima felicitación y sinceros aplausos para todos. Sayos, presidente, Bona, secretario."

Heraldo de Aragón, 20 de junio de 1915

jueves, 18 de junio de 2015

EL ORFEÓN EN ZARAGOZA 1ª parte

18 DE JUNIO DE 1915

Barbastro. Las fiestas de San Ramón

Desde por la mañana van llegando a esta ciudad individuos que pertenecen al Orfeón de Graus y que a la hora de salida del tren correo a Zaragoza se reunirán en la estación para verificar su proyectada excursión a la capital aragonesa.


Grandes son los deseos de que al pasar por aquí, de regreso, pudiéramos admirar su hermosa labor, pero según nos dijo el ilustrado director, no sería posible complacernos, como se complacerían todos y cada uno de los orfeonistas, porque no puede disponerse del teatro Principal en las pocas horas que han de descansar en Barbastro, pues piensan regresar a Graus el mismo día.

Veremos si hasta entonces se pueden orillar todas las dificultades que impiden la celebración de tan deseado concierto.

Recibimiento

La llegada del Orfeón de Graus constituyó la nota del día en la ciudad.

Se le aguardaba con expectación y simpatía y se le recibió con verdadero entusiasmo.

A la estación salieron verdaderas romerías de gente a recibir a los simpáticos viajeros y las calles céntricas a la hora de llegada del tren de Barcelona, estuvieron atestadas de público. El tren llegó a las 7'43.

Esperaban a los orfeonistas la Diputación, Ayuntamiento y Orfeón de Zaragoza. 

La Diputación estaba representada por los señores Isábal, Villagrasa, Pérez Cistué y Cajal.

El Ayuntamiento por los señores Laguna Azorín, Sanz, Moyano, Velilla y Monserrat.

Del Orfeón estaban su presidente señor Orensanz y la mayor parte de los coristas con el estandarte.

Vimos también en el andén, aguardando a los gradenses, a los señores Savirán, Bruned, Español, Mateos y otros muchos.

El presidente y directores fueron presentados a las comisiones oficiales y representantes de la prensa.

[...]
Estación del Arrabal de Zaragoza. Foto tomada de "El desván de Rafael Castillejo"

Entrada en la ciudad

Cambiados los primeros saludos se organizó la entrada en la ciudad.
Rompió marcha la guardia municipal montada; seguía la banda del Hospicio interpretando pasos dobles.

Iban después los orfeonistas de Graus y Zaragoza con sus estandartes y finalmente los coches del elemento oficial, en que se ofreció asiento al presidente y directores del Orfeón de Graus.

Fue una nota pintoresca la entrada de la comitiva en la ciudad.

El Arrabal y el Puente de Piedra estaban totalmente invadidos de público.

Los gradenses daban vivas a Zaragoza y escuchaban aplausos.

La entrada se realizó por las calles de Fernando el Católico, Pilar, Alfonso, Manifestación y Democracia hasta el Ayuntamiento 1.

Los balcones de las calles por donde pasó la comitiva estaban igualmente llenos de público que tributó un cariñoso y entusiasta recibimiento a los orfeonistas.

Ayuntamiento de Zaragoza en 1915. Plaza de Santo Domingo

En la Casa Consistorial

Poco después de la ocho y cuarto llegaron los orfeonistas y comitiva oficial a la Casa Consistorial.

En el Ayuntamiento fueron recibidos los expedicionarios por los concejales señores Mainer Barnolas y Lacambra; el secretario de la corporación Sr. Berdejo y el jefe del negociado de Gobernación Sr. Bartos.

La presencia de los orfeonistas en la calle de la Democracia produjo entusiasmo indescriptible.

La muchedumbre rodeaba a los expedicionarios gradenses, la banda provincial precedía a aquellos tocando un paso doble, que era coreado por los muchachos y los vivas a Graus y Zaragoza no cesaron hasta que la comitiva y los orfeonistas entraron en el palacio municipal.

Las bellas señoritas y encantadoras niñas que forman parte del Orfeón gradense, así como las lindísimas señoritas y niñas del Orfeón Zaragozano que les acompañaban, tomaron asiento en los escaños concejiles.

Ocuparon la mesa presidencial el teniente de alcalde Sr. Laguna Azorín, el presidente de la Diputación Sr. Isábal, el presidente del Orfeón de Graus, los diputados señores Pérez Cistué, Villagrasa y Cajal y los concejales señores Moyano, Saez, Mainar, Montserrat, Lacambra y Velilla.

Los estandartes de los orfeones de Graus y Zaragoza fueron colocados detrás de la mesa presidencial.

El Sr. Laguna Azorín dió la bienvenida a los orfeonistas en nombre del alcalde y del Ayuntamiento en breve y correcto discurso, interrumpido varias veces por los aplausos y vítores, teniendo cariñoso y sentido recuerdo para la villa a cuyo historial va unido el nombre de Costa.

El señor Laguna Azorín terminó su discurso de salutación con vivas a Graus, a Zaragoza y al Orfeón gradense, que fueron contrastados por los orfeonistas con vivas a Zaragoza y a las autoridades zaragozanas.

El recibimiento que Zaragoza dispensó a los orfeonistas de Graus fue francamente afectuoso."

Heraldo de Aragón, 19 de junio de 1915.


1. El Ayuntamiento de Zaragoza en 1915 estaba en el edificio que fue Instituto de Bachillerato "Luis Buñuel" en la Plaza de Santo Domingo. La calle Democracia es ahora la calle Predicadores.

viernes, 12 de junio de 2015

EL ORFEÓN DE GRAUS EN ZARAGOZA

Junio de 1915

"El día 18 del corriente, partirá la masa orfeónica gradense para la inmortal Zaragoza, en cuya invicta y hospitalaria capital dará nuestro Orfeón dos audiciones en su primer coliseo, los días 19 y 20 del actual.

[...]

¿Se detendrá nuestro Orfeón en Barbastro?

Nuestro estimado colega barbastrense "Juventud", en un escrito de elocuente patriotismo que publica en su último número, invita a nuestro Orfeón a que al regreso de Zaragoza de una audición en el coliseo de la ciudad hermana.

Nosotros contestamos por nuestra propia mente al colega, que si Barbastro quiere oir al Orfeón de Graus, y en ello tiene empeño, lo oirá.

[...]"

El Ribagorzano, 27 de junio de 1915

viernes, 5 de junio de 2015

6 de JUNIO de 1915, 3ª parte

[...]

"Banquete y serenata

Después de la visita al Sindicato nos trasladamos a la fonda de Samblancat, en cuyo magnífico comedor la junta del Orfeón nos ofreció un suculento banquete.

Durante él la banda de Graus ejecutó en la calle escogidas composiciones, formándose un animado baile. Finalizó con la Jota, cantando coplas alusivas[...].

El público que llenaba la anchurosa calle del Barranco, aclamó las coplas y prorrumpió en grandes aplausos.

Sigue la fiesta

A las doce terminó la serenata, pero en Graus la gente es tan amable que nunca se encuentra hora para separarse de aquella. Honrados con la presencia de las hermosas señoritas Ángeles Pallás, Margarita y Rosario Gambón, Pepita y Cipriana Sazatornil, siguió la fiesta, organizándose un agradabilísimo concierto.

Cantáronse jotas y más jotas, en las que Pepita Sazatornil triunfó como antes en los cuplés, en toda la línea, y a las dos de la mañana entonaron todos la sardana del maestro Morera, La noche del amor, que es hermosísima. Después con sentimiento nos fuimos despidiendo de todos aquellos buenos amigos, retirándonos a descansar.

El regreso

A las cinco y cuarto de la mañana salimos de ayer salimos de Graus, almorzando en Huesca, donde pasamos una hora, y llegando a Zaragoza a las doce y media, satisfechísimos del viaje y obligados de por vida a las atenciones que en Graus nos han sido dispensadas."
 
[...]

Don Ramiro.

Artículo publicado en La Crónica, de Zaragoza, reproducido en El Ribagorzano, 27 de junio de 1915


6 de JUNIO de 1915, 2ª parte

"El concierto

Al mediodía fuimos obsequiados con una espléndida comida en casa de Samblancat, y la sobremesa se alargó inadvertidamente hasta la hora del concierto, [...].

El concierto estaba señalado para las cinco, y a esa hora el salón del lindo teatro donde se domicilia la Sociedad coral aparecía completamente lleno, figurando entre la concurrencia lo más selecto y distinguido de la buena sociedad de Graus.

En primer término en la sala aparecía, en dos grupos, los orfeonistas, a ambos lados del piano y armonium con que debían ser acompañadas las obras a ejecutar.

Antes de comenzar, el señor Gambón hizo en cariñosas frases la presentación de los viajeros, que ocupábamos asientos en el escenario, y a continuación el señor Marraco agradeció las palabras de señor Gambón y aplaudió como se merece la labor social realizada por el Orfeón.

El programa

La primera parte del programa la constituyeron la obra de Mendelssohn "Alondra de amor", "Resurgimiento" del señor Borguñó, y "Patria nueva" de Grieg. En todas ellas los orfeonistas demostraron estar sobradamente capacitados para triunfar ante públicos más exigentes. Constituyen una masa coral muy bien conjuntada, con voces muy bien timbradas, y en su ejecución se advierte una compenetración admirable con el espíritu de las obras que ejecutan. La señorita Egea y el señor González, a cuyo cargo estuvieron los solos, demostraron poseer dos voces muy bien preparadas a las dificultades de sus respectivas partes.

Tonadillas y couplés

Constituye como la nota de más novedad en esta agrupación lo que se refiere a la ejecución de tonadillas y cuplés. El maestro Borguñó ha querido dignificar el campo de las canciones, y para esa labor ha puesto a contribución autores antiguos y modernos, aparte su personal inspiración, colaborando en esta obra dos muchachas que todo lo merecen por su arte, hermosura y gentileza, Pepita Sazatornil y Conchita López.

El arte de estas dos muchachas no tiene ninguna relación con lo que hemos visto tantas veces en los escenarios. [...] decir que estas dos muchachas, en la gentil edad de los dieciséis años, no pisaron jamás más teatro que el de Graus, ni han salido de la villa ribagorzana, ni siquiera a Barbastro, y por lo tanto cuando vengan a Zaragoza será la primera vez que vayan en tren.

Pepita Sazatornil y Conchita López cantan con notable desenvoltura las notables canciones que conservan la señoril inspiración del siglo XVIII y principios de XIX, El marabú y el Bolero del déjame, [...]. También la señorita Pura Colón cantó la jota con mucho estilo y buena voz.



Final del concierto

En la tercera parte volvió a tomar parte el Orfeón, que ratificó la excelente impresión que nos causó desde el primer momento.

Tanto en Salud a los cantores, de Thomas, como en la marcha de Tanhaüser, los orfeonistas estuvieron afortunadísimos, recibiendo calurosas y muy merecidas ovaciones.

A continuación, un gallardo montañés, Antonio Baldellou, cantó con mucho estilo y excelente voz unas Albadas, aire popular del Alto-Aragón, que nos cautivaron. Para que se vea el entusiasmo que acompaña a la obra de esta agrupación, diremos que este muchacho cantor de albadas, hizo una jornada de treinta y tanto kilómetros para poder tomar parte en el concierto. por lo cual su entrada a mitad del programa fue acogida con cariñosa ovación.

Un juicio sincero

Terminó el concierto con la Jota, cantada de modo insuperable por el Orfeón y las señoritas Paquita López y Pepita Sazatornil, que hubo de repetirse entre atronadores aplausos.

Terminado el concierto, nuestro director, don José García Mercadal, hizo uso de la palabra, felicitando a los fundadores e impulsores de tan importante obra, y dando la enhorabuena a los orfeonistas, por lo acertadamente que dieron cuerpo a iniciativa tan digna de alcanzar el triunfo."

[...]



Artículo publicado en La Crónica, de Zaragoza, reproducido en El Ribagorzano, 27 de junio de 1915


6 de JUNIO de 1915, Iª parte

GRAUS Y SU ORFEÓN

"Una obra social

El espíritu colectivo de Graus, el pueblo desde donde el maestro Costa derramó su semilla de redentoras doctrinas, ha cuajado en una notable obra de cultura social [...]; nos referimos al copioso grupo orfeonista formado, con tenacidad y voluntad admirables, por el maestro de música don Manuel Borguñó.

El Orfeón de Graus es algo más interesante que una agrupación musical. Es toda una obra de carácter enteramente social, de dignificación y engrandecimiento de la personalidad gradense, pues de una manera activa, como cantantes, o pasiva en el orden músico pero no menos activa en el constructivo, como protectores, figuran en las listas de socios del Orfeón desde el más encumbrado al más humilde, pertenecientes a todas las clases sociales.

Este orfeón quiso, antes de su definitiva presentación en Zaragoza [...], que distintas personalidades de Zaragoza, competentes en música unas, entusiastas de las obras sociales otras, y representantes de la prensa local, escuchasen una audición de su masa coral y de sus valiosas individualidades de relieve.

A este fin organizó para el pasado domingo un gran concierto en su local social, [...].

Los expedicionarios

[...] Formábamos parte de la expedición el Vicepresidente de la Cámara de Comercio don Manuel Marraco, el ingeniero don Ezequiel Urien de Vera, el vocal de la Asociación de Labradores don Tomás Quintín, nuestro compañero en la prensa don Genaro Poza, por El noticiero y el director de La Crónica don José García Mercadal.

 Genaro Poza

 José García Mercadal

 Manuel Marraco

Los excursionistas hicimos noche en Huesca, y temprano salimos el domingo con dirección a Graus, llegando a la importante villa ribagorzana a las nueve de la mañana. Como en ella se nos esperaba el sábado por la noche, al llegar nos enteramos de los temores que a todos habían inquietado sobre la posibilidad de un accidente automovilístico, afortunadamente no acaeció, y de qué modo fuimos esperados hasta las tres de la mañana por la junta de Orfeón en pleno, enviándose un ciclista hasta cerca de Barbastro para indagar noticias. ¡De este modo entienden la hospitalidad en la villa altoaragonesa!

El día en Graus lo consumimos en admirar el encantador paisaje, ascendiendo al santuario de la Peña, desde donde se divisa un panorama sugestivo sobre las Forcas, el Turbón, el puerto de Sahún, el pico Gallinero y la Maladeta. Un macizo pirenaico de belleza imponderable.

Recuerdo a Costa

Los expedicionarios, influidos por una veneración fervorosa hacia el muerto ilustre, visitamos la casa donde vivió y murió el insigne aragonés Joaquín Costa, [...] conversamos con la venerable hermana del polígrafo, doña Martina Costa, sus sobrinos, y hasta estuvo en nuestras manos la interesante fotografía del padre de Costa, [...].

Los del Orfeón

De casa de Costa fuimos a visitar a don Manuel Borguñó, director del Orfeón, quien a pesar de hallarse postrado en cama, con fiebre, dio al resorte de su voluntad la elasticidad necesaria para vencerlo todo y dirigir el concierto de la tarde.

La junta del Orfeón está formada por los siguientes señores:
Presidente, don Tomás Castillón;
Tesorero, don Vicente Barrós;
Secretario, don Enrique López;
Vocales, don José Ladaga, don Joaquín Samblancat, don Virginio Falche, don Ramón Auset, don José Borén, don Agustín Belda, don José Nada, don José Aguilar y nuestro compañero en la prensa regional don Marcelino Gambón, director de El Ribagorzano. [...]

Artículo publicado en La Crónica, de Zaragoza, reproducido en El Ribagorzano, 27 de junio de 1915

ZARAGOZA Y EL ORFEÓN DE GRAUS

"Una simpática visita

Accediendo galantemente a la invitación que el Orfeón de esta villa hizo a algunas personalidades de la capital aragonesa, el domingo 6 del corriente mes nos honraron con su visita nuestros prestigiosos y cariñosos amigos y compañeros, D. Manuel Marraco, D. José G. Mercadal, D. Ezequiel Urien, D. Genaro Poza y don Tomás Quintín, personas todas de reconocida representación social y entusiastas de Aragón.

[...]

La estancia en Graus de nuestros huéspedes fue una serie no interrumpida de cariños y obsequios.

Bien los merecían, quienes olvidando molestias y sacrificios, honraban a Graus correspondiendo gustosísimos a su invitación.

[...]

Lo que el Orfeón y el pueblo hizo el día 6 en honor de nuestros huéspedes lo verán por la siguiente información de La Crónica de Zaragoza."

El Ribagorzano, 27 de junio de 1915


miércoles, 3 de junio de 2015

A ZARAGOZA

"Para preparar todo lo concerniente para la ida del Orfeón de Graus a la capital de Aragón, ha partido para dicha población el director del Orfeón don Manuel Borguñó.

Se espera en esta villa la próxima llegada de una comisión zaragozana, relacionada con el viaje de la masa coral a dicha capital."

El Ribagorzano, 31 de mayo de 1915.