CENTENARIO DEL ORFEÓN DE GRAUS 1914-1918


CENTENARIO DEL ORFEÓN DE GRAUS 1914-1918

El Orfeón de Graus se creó en 1914. Por tanto se cumplen cien años de su existencia. Formaron parte de él más de 100 personas y fue todo un acontecimiento cultural y social para el Graus de la época. En este blog quiero recoger los acontecimientos más señalados de su historia, así como los del que fue su director Manuel Borguñó.

lunes, 28 de diciembre de 2015

VELADA EN LA NOCHE DE AÑO NUEVO

1 y 17 de enero de 1916

"Cuanto digamos de la brillantez y del éxito obtenido en el estreno y reprise de la zarzuela Doloretes en las noches del 1º y 17 del corriente, será repetir una vez más cuanto hemos dicho siempre del notable cuan aplaudido cuadro escénico de la simpática entidad.

La noche de Año Nuevo se dedicó la función en honor del dignísimo y competente director del Orfeón, nuestro querido amigo D. Manuel Borguñó, recibiendo con tal motivo el inspirado maestro una prueba más del cariño y devoción que en esta villa alto aragonesa se le tiene. Buena prueba de ello fue el llenazo del Coliseo Ideal, adonde acudieron todas las clases sociales de Graus a testimoniar al amigo Borguñó con sus más afectuosas simpatías. Nuestra cordial enhorabuena al genial artista.

La interpretación de Doloretes, admirable. Pepita Sazatornil, en su difícil papel de Doloretes; Conchita López, en el de Carmeleta, discreta y cariñosa; Ángeles Pallás, en el de Chimeta, y Rosario Gambón, haciendo de característica, en su papel de Tía Tona, se hicieron aplaudir mucho y muchas veces del respetable público.

Como siempre, estuvieron dominando al público con su acertado desempeño en sus respectivos papeles de Tío Pere, Chaume, Nelo, Cristóbal, Don Jorgito, los señores López, Nadal, Lleida, Falches y Aguilar, como igualmente en los coros las simpáticas señoritas Pura Colón, Cecilia Egea, Amalia Castillón y Carmen Burrel, y los jóvenes orfeonistas Ferrer, Martínez, Baldellou, Auset, Español, Bernad, Pascual, etc.

Dejamos de intento para mencionar aparte a Cándido Latorre en el desempeño del papel de Vicentico. Debutó el simpático joven con dicho papel, y a fe que se nos reveló como un actor consumado que dice bien y sabe sentir e interpretar.

 
Doloretes, zarzuela de Carlos Arniches y música de Amadeo Vives y Manuel Quislant

Las canciones por Pepita Sazatornil, Pura Colón y Amalia Castillón, muy aplaudidas. Y la pareja de niños, Elenita Sazatornil y Paquito Castillón, hicieron las delicias del auditorio, cantando con gran amore un precioso dueto que mereció los honores de la repetición.

El señor Borguñó, en uno de los entreactos, se presentó en el palco escénico y dio las más rendidas gracias al distinguido público gradense, de quien tantas demostraciones de estima y cariño recibía, a cuyas atenciones correspondía poniendo a contribución de este su querido pueblo, toda su voluntad y todos sus entusiasmos en el desarrollo y progreso del Orfeón, para engrandecimiento y enaltecimiento de esta villa, a la que quiere pertenecer muy orgulloso.

El señor Borguñó recibió una entusiasta ovación al terminar su elocuente discurso, que fue complemento de las muchas pruebas de afecto que durante todo el día de su fiesta onomástica había recibido.

La reprise de Doloretes con el juguete Solito en el mundo y los coros de los tenientes de Molinos de viento y la Habanera y Marcha de La Marcha de Cádiz, con las canciones de Pepita Sazatornil y Amalia Castillón, en la noche de San Antonio, fueron números todos que gustaron extraordinariamente."

El Ribagorzano, 1 de febrero de 1916

miércoles, 16 de diciembre de 2015

LA VELADA DE LA NOCHE DE NAVIDAD

25 de diciembre de 1915

"Con las bonitas obras La afición y La marcha de Cádiz se levantó el telón del Ideal Cinema con un lleno rebosante.



La afición, de Antonio Ramos Martín


Para no repetir lo tantas veces dicho, bastará decir que el público salió complacidísimo de la esmerada labor de los simpáticos aficionados que componen el cuadro escénico del Orfeón.

Las canciones fueron un exitazo para las señoritas Conchita López, Pura Colón y Amalia Castillón."

El Ribagorzano, 6 de enero de 1916

martes, 8 de diciembre de 2015

VELADAS DEL ORFEÓN

8 de diciembre de 1915

"Muy brillante resultó la velada que el Orfeón gradense celebró la noche del 8 del corriente, festividad de la Inmaculada.

La justicia de Almudévar y La marcha de Cádiz, fueron las dos obras que se pusieron en escena en el elegante Ideal, con agrado del numeroso y distinguido público que aplaudió con entusiasmo ambas representaciones, particularmente la segunda obra en la que fueron repetidos varios números musicales.

 La justicia de Almudévar, sainete de Pablo Parellada y Alberto Casañal


 La marcha de Cádiz, zarzuela de Joaquín Valverde hijo y Ramón Estellés


La señora Torrubias y las señoritas Pepita Sazatornil, Conchita López, Ángeles Pallás, Pura Colón, Carmen Burrel, Cecilia Egea, Amalia Castillón y Severiana Sopena. La niña Elena Sazatornil, y los señores Falches, López, Nada, Lleida, Muzás, Aguilar, Auset, Martínez, Pera y Ferrer, cosecharon en la citada noche entusiastas y merecidos aplausos. Muy bien las canciones cantadas por las aplaudidas señoritas Pepita Sazatornil, Pura Colón y Amalia Castillón, esta debutante con muchos aplausos."

El Ribagorzano, 6 de enero de 1916

lunes, 7 de diciembre de 2015

EL IDIOMA DEL SENTIMIENTO

Este artículo publicado en El Ribagorzano parece un discurso dirigido a los orfeonistas, en contestación a alguna polémica política surgida en Graus a finales de 1915, en la que se pudo atacar al Orfeón y su director.
"En el concierto universal de los seres humanos tres principios se distinguen en la lucha perpetua: la fuerza, la razón y el amor.

Vosotros, orfeonistas, habéis podido observar dentro de vuestra masa coral, que la fuerza de la intriga, la fuerza de la envidia, quiso invadir vuestras filas pero la opusisteis la fuerza de la razón, y cuando la razón da un paso, precisa que la fuerza retroceda, porque la razón no puede retroceder.

Por eso, a medida que aumentan las dificultades, a medida que quieren sembrar la desconfianza entre vosotros, aumenta el entusiasmo, estrecháis más y más las filas del compañerismo, sentís mayor cariñoso respeto por vuestro profesor, y ¿sabéis por qué? Porque la música y la poesía son hermanas, y la poesía y la música engendraron la libertad. Esta, la libertad, es el ideal divino del hombre, porque ella es el sueño primero de la juventud, que no se borra de nuestra alma sino cuando el corazón se gasta y el espíritu se envilece y desalienta.

Quien tenga espíritu mezquino, no puede estar entre quienes como vosotros los orfeonistas sabéis cultivar un ideal. Del resultado de vuestra labor, no debo hablar yo, habla Zaragoza, que premió con aplauso vuestro esfuerzo, del que levantamos acta al colocar aquella corbata sobre el asta de nuestra hermosa enseña. Yo espero, con gran fundamento, que dentro de poco tiempo añadiréis nuevos trofeos en próximas campañas por Barcelona y Madrid y conquistaréis timbres de gloria para el pueblo gradense que tuvo la dicha de veros nacer. Yo me siento orgulloso de vuestros triunfos, porque sois un pedazo de mi patria; vuestras victorias, mal que os pese, son para Graus a cuya villa enaltecéis, y para que la patria se levante, precisa que la sombra augusta de este pueblo querido tenga asiento en el corazón. Alguien me ha preguntado:

¿Para qué sirve este organismo, que llamáis orfeón?

¿Qué fines cumple? ¿Cuáles son sus resultados? Esto todos mis lectores lo saben. Sirve para ensanchar las fronteras de esta villa, llevando su nombre querido a extrañas tierras, que si hijos gloriosos la dieron timbres de gloria, vosotros, orfeonistas, sabréis sostenerlos y aumentarlos; cumple fines de alta pedagogía, infiltrando en el espíritu, no cultivado hasta hoy, los sentimientos del arte; educa el gusto y estrecha los lazos de la fraternidad humana; transforma los sentimientos y hace sentir los pesares ajenos como suyos propios, porque el arte siempre fue amoroso y sentimental, es universal y eterno y habla el tierno idioma del sentimiento.

Para avanzar en este camino glorioso hacen falta dos cosas: perseverancia y disciplina. No dio a luz la madre ningún hijo robusto si no es a fuerza de dolores; no se llega a ganar la altura, sin fatigosa ascensión por camino escabroso; no se ganan batallas sino domina la disciplina, si no se obedece al general que la dirige; sin el reconocimiento de autoridad a vuestro Director: Y puesto que me habéis hecho el favor de obligarme a dirigiros la palabra, que con tanta bondad me habéis escuchado, quiero recabar de vosotros una promesa aquí, junto a vuestra enseña gloriosa.

¿Prometéis, hijos de Graus, sentir hoy más entusiasmo que nunca por el Orfeón? ¡Sí...!

¿Prometéis no faltar a los ensayos y actuar con respeto la autoridad de vuestro Director? ¡Sí...!

(Aplausos prolongados y entusiastas)

Al igual que el soldado en el ejército, habéis jurado la bandera, y si no sois perjuros, si cumplís como buenos, no tardaré en reunirnos para colgar nuevos triunfos en ese pendón que simboliza la gloriosa obra de vuestra perseverancia.

Yo estoy contento, me siento entusiasmado al encontrarme entre vosotros, gozo de veros gozar, siento vuestros triunfos como míos, constituís hoy una prolongación de mi familia, siento más honda hacia todos el dulce néctar del amor, ese supremo poder del corazón, misterioso entusiasmo que entraña en si la poesía, el heroísmo y la virtud.

Tomás Costa."

El Ribagorzano, 7 de diciembre de 1915.

jueves, 15 de octubre de 2015

UNA VELADA

17 de octubre de 1915

"En la noche del domingo 17 del corriente tuvo lugar una velada teatral en el Ideal Cinema, organizada por el Orfeón.

Los pantalones y De cacería fueron las obras representadas con el aplauso del distinguido público que elogió la esmerada labor de actrices y actores."

El Ribagorzano, 29 de octubre de 1915


Los pantalones, de Mariano Barranco y Caro

De cacería, de Narciso Díaz de Escovar



viernes, 18 de septiembre de 2015

UNA FIESTA DEL ORFEÓN

19 de septiembre de 1915

"Grande y entusiasta fue la que celebró esta popular y simpática entidad el domingo 19, con motivo de la imposición de una hermosa corbata al estandarte de la asociación, regalada por el excelentísimo ayuntamiento de Zaragoza en premio a la labor artística realizada por nuestro Orfeón en su visita a Zaragoza.

Un pasacalle por la banda gradense anunció al vecindario que el Orfeón iba a organizar una fiesta de expansión y alegría en la purísima poesía del campo.

Pronto se fue animando el punto designado para la gira, concurriendo gran gentío por las proximidades de Regrustán, cuyo núcleo principal se aposentó sobre poblada meseta de encinas, ondeando una de ellas la enseña nacional.

Por la tarde la animación subió de punto, congregándose en aquel paraje casi la mitad del vecindario ansioso de tomar parte en la fiesta del Orfeón.

Allí se deslizó la tarde en una franca alegría y animado regocijo, ente músicas, bailes, cantares y otras expansiones del entusiasmo reinante.

Mucha animación, mucha cordialidad, gran jaleo, fueron las notas dominantes de la regocijante fiesta.

Cuando ya el sol se despedía besando los picachos pirenaicos, se hizo un alto en el jolgorio y se procedió solemnemente a la imposición de la corbata del Ayuntamiento de Zaragoza.

El abanderado del Orfeón el popular joven Antonio Baldellou, empuñó el estandarte. Una orfeonista tuvo pendiente de sus manos la hermosa corbata. Los señores Borguñó, Gambón y Costa, pronunciaron frases elocuentes de entusiasta gratitud a Zaragoza y su Ayuntamiento, de aliento a los orfeonistas gradenses, de elogio y de aplauso para toda la laureada entidad y de entusiasmo ferviente y adhesión devotísima a la gran obra de arte, de moral social y de patriotismo que el Orfeón realizaba en nuestra amada villa. Con felicitaciones efusivas y sinceras para el Orfeón, su director y junta, por los laureles alcanzados con su perseverancia y patriotismo, terminaron sus palabras los mentados señores, entre grandes aplausos y vítores entusiastas.

Acto continuo D. Ruperto Sazatornil, a los alegres compases de la jota aragonesa y entre ensordecedores aplausos y vivas, colocó  la roja corbata de preciosos bordados en el estandarte; emocionando a la inmensa concurrencia los estruendosos vítores a Zaragoza, su Ayuntamiento , a Graus y su Orfeón.

Resultó un acto hermoso, solemne y emocionante el de la colocación de la nueva corbata que desde dicho día luce el estandarte del Orfeón de Graus.

Puesta en marcha la numerosísima comitiva, hizo su entrada en la población a los acordes de un pasodoble, dándose muchos vivas que eran contestados por un inmenso gentío que formaba parte de la imponente y entusiasta manifestación que recorrió con su estandarte a la cabeza las principales calles de la población, disolviéndose con el mayor orden en la Plaza Mayor.

POR LA NOCHE

Como fin de fiesta se organizó un animado y brillante baile en el Ideal Cinema, al que concurrieron los orfeonistas de ambos sexos, sus familias y socios protectores reinando hasta altas horas de la noche la más franca alegría y cariños confraternidad.

En un descanso dio lectura el secretario del Orfeón D. Enrique López, a una expresiva carta del dignísimo presidente del Orfeón Zaragozano dando conocimiento de la entrega a este Orfeón de una artística y bonita placa de bronce con alusiva inscripción de la fecha en que el Orfeón de Graus visitó a la capital de Aragón.

Atronadores aplausos y vivas al Orfeón de Zaragoza, fueron la entusiasta acogida que tuvo la lectura de la carta del presidente de la entidad coral zaragozana.

Y terminamos estas líneas dando las gracias más rendidas al Excmo. Ayuntamiento de Zaragoza y al meritísimo Orfeón de dicha capital, por las atenciones y obsequios recibidas de ambas entidades y particularmente por las hermosas corbata y placa con que han distinguido a la entidad gradense, como premio a la artística y patriótica labora de nuestro Orfeón. 

A este, nuestra felicitación entusiasta y nuestra adhesión sincera.

¡Viva Zaragoza! ¡Viva Graus!"


El Ribagorzano, 7 de octubre de 1915.

FIESTAS 1915

"Casi desapercibidas hubieran pasado las antes célebres fiestas del Santo Cristo sin el Orfeón de Graus.

Gracias a esta importante institución hemos podido disfrutar de dos notables veladas y un gran concierto coral, dignos actos de la aplaudida entidad. Las canciones o tonadillas ejecutadas por las simpáticas señoritas orfeonistas, Cecilia Egea, Pepita Sazatornil, Pura Colón y Conchita López admirablemente cantadas y muy bien interpretadas.

Las dos zarzuelas La Czarina y Los secuestradores aplaudidísimas del numeroso y distinguido público que llenaba el elegante Ideal."

El Ribagorzano, 7 de octubre de 1915.

La Czarina, zarzuela de Ruperto Chapí
 
Los secuestradores, zarzuela de Manuel Nieto






lunes, 17 de agosto de 2015

15 DE AGOSTO DE 1915

"Otro acontecimiento artístico ha sido la brillante velada que el notable Orfeón gradense organizó la noche del 15.

La primera postura y la aplaudida zarzuela El señor Joaquín, con bonitas canciones por las señoritas Cecilia Egea, Pepita Sazatornil y Conchita López, fue el programa magníficamente ejecutado por cuantos orfeonistas de ambos sexos tomaron parte en dichas funciones.

Fue un éxito y un triunfo más para los distinguidos jóvenes aficionados y para el Orfeón y su director.

El Ideal estaba rebosante de belleza. Nuestra enhorabuena para todos [...]"

El Ribagorzano, 17 de agosto de 1915.

La primera postura, juguete cómico en un acto de José Arantíver.

El señor Joaquín, zarzuela de Manuel Fernández Caballero

domingo, 21 de junio de 2015

EL ORFEÓN EN BARBASTRO

21 DE JUNIO DE 1915

El andén de la estación a la hora de llegada del tren que conducía a los orfeonistas, estaba abarrotado de inmenso público que aclamó al Orfeón de Graus y le acompañó hasta su hospedaje.

Accediendo a los unánimes deseos de nuestros hermanos los barbastrenses, a las siete de la tarde se celebró un concierto en el coliseo principal tomando parte la masa coral y las gentiles señoritas Conchita López y Pepita Sazatornil.

Otro éxito y un triunfo más, a pesar del gran ajetreo y cansancio de los orfeonistas, tienen estos
que añadir con el concierto de Barbastro.

Joaquín Costa en el Teatro Principal de Barbastro

El teatro se llenó de bote en bote y no cesaron durante el concierto las ovaciones y aclamaciones que los barbastrenses tributaron a los orfeonistas gradenses.

Por la noche fuimos amablemente invitados a unas funciones de varietés y a un baile en el elegante casino de la Amistad.

A las dos de la mañana partimos para Graus en 16 carruajes llegando a nuestra villa a las once de la mañana, esperando a la entrada de la población casi todo el pueblo de Graus con música que aclamaba y vitoreaba a la entidad gradense que con tanta gloria arribaba de su primera excursión, poniendo muy alto el nombre de Graus.

Por las principales calles, se dirigió la numerosa comitiva al Ideal Cinema, en el que su entusiasta presidente D. Tomás Castillón, dirigió la palabra, dando las gracias a los buenos gradenses que sentían con los orfeonistas la satisfacción del triunfo obtenido por el Orfeón, que es el triunfo de Graus.

Hizo constar su agradecimiento para con los orfeonistas que con tanto esmero y patriotismo se habían conducido en la excursión que acababan de realizar; y con un entusiasta viva Zaragoza y viva Graus terminó el acto de la llegada a Graus, que fue un acontecimiento.

El Ribagorzano, 27 de junio de 1915

EL ORFEÓN EN ZARAGOZA 6ª parte

21 de JUNIO de 1915

Despedida

Hoy, a primera hora de la mañana, regresan a sus lares estos peregrinos del arte que, durante dos días, han constituido la nota más simpática de la vida local.

Por las calles de Zaragoza han desfilado jubilosos. Ellas, cautivando a los zaragozanos con su belleza y con sus encantos ingenuos, candorosos, pletóricas de alegría al pasear por las vías principales de la capital de Aragón. Los abnegados, entusiastas y simpáticos orfeonistas, dando la nota de salud, de fuerza y de bizarría propias de la tierra montañesa.

Todos han sido nuestros huéspedes predilectos. Y su permanencia en Zaragoza ha sido cual una ráfaga de arte y de regionalismo que ha dejado huellas indelebles.

La comisión organizadora del Orfeón de Graus, constituida por los Sres. Castillón, Gambón, Barrós, Sazatornil, Samblancat y Ladaga, se ha hecho acreedora a los más efusivos elogios por su entusiasmo y actividad.

Al dar a todos cuantos integran el Orfeón de Graus nuestra cariñosa despedida, les reiteramos nuestra felicitación y, cordialmente, les decimos:

     -Hasta la vuelta

sábado, 20 de junio de 2015

EL ORFEÓN EN ZARAGOZA 5ª parte

20 de JUNIO de 1915

Segundo concierto

Con regular concurrencia se celebró en el teatro principal.

Lástima grande que no hubiera más público, pues tardaremos a oir conciertos tan notables como estos.

Fueron colocados en el proscenio los estandartes de los orfeones de Graus y Zaragozano.

El primero ostentaba una corbata moaré roja con la siguiente inscripción bordada en oro: HERALDO DE ARAGÓN al Orfeón de Graus.

Volvieron a cantar las obras corales Resurgimiento, preciosa composición de Borguñó; Canto de la Alondra, de Mendelssohn; y la marcha wagneriana de Tannhäuser, esta última bastante mejor acompañada por la orquesta que la noche anterior, a pesar de la escasez de elementos instrumentales para obra de tal categoría.

Se renovaron las manifestaciones de simpatía y agrado por parte de todo el auditorio.

Por primera vez se cantó el Himno a la Virgen del Pilar, original del director del Orfeón gradense. Es una composición muy inspirada de múltiples complicaciones polifónicas en la que Borguñó nos demostró lo mucho que sabe armonizando y dirigiendo.

En la segunda parte volvieron a cautivar al auditorio con su gracia y arte las bellísimas señoritas Sazatornil y López.

Las dos cantaron entre calurosas ovaciones varias tonadillas, algunas de ellas inéditas. Y los distinguidos oyentes pidieron que se cantara la Tirana, coplas goyescas que Pepita Sazatornil dijo con su inimitable donaire.


La última parte ofrecía dos novedades. Además de Ven, dulce amor y las Albadas, ambas de Borguñó, se cantaron La noche del amor, de Morera, en la que el ilustre autor de La canción del náufrago pone de relieve sus grandes méritos, un Himno a Costa, vibrante composición de D. Manuel Borguñó, también muy notable y la Jota Aragonesa de Retana.



Las famosas albadas populares hubieron de ser repetidas y el solista Sr. Baldelloc recibió abundantes aplausos.

También mereció los honores de la repetición la primorosa jota y al terminar la segunda vez el público, puesto en pie, poseído de entusiasmo desbordante, aplaudió y aclamó al Orfeón de Graus.

Los músicos de la orquesta también aplaudía fervorosamente, y se dieron vivas a Graus, a Zaragoza, a Huesca y Aragón.

Los orfeonistas también contestaban a las aclamaciones y a los aplausos, siendo unos instantes de gran emoción por el desbordamiento de entusiasmo regional de que daban gallarda muestra las dos provincias hermanas.

A instancias del auditorio pronunció breves y correctas frases de agradecimiento el director de la asociación coral.

El señor Borguñó dijo que consideraban los orfeonistas inmerecido el cariñoso homenaje que les tributaba el pueblo de Zaragoza y que agradecían en el alma las manifestaciones de simpatía de que habían sido objeto.

Se produjo la ovación y orfeonistas y espectadores salimos satisfechísimos de la memorable fiesta musical.

Dámaso Castejón

En el Orfeón Zaragozano

Como habíamos anunciado, visitó el Orfeón de Graus, al domicilio social de nuestra sociedad orfeónica.

Los salones del antiguo Palacio de la Música fueron invadidos por los orfeonistas gradenses, los zaragozanos y sus familias.

La recepción fue brillantísima. Hubo gran entusiasmo por parte de todos estrechandose los lazos de confraternidad entre unos y otros.

Se improvisó un concierto a cargo del Orfeón Zaragozano que cantó Aires del Montseny, de Bretón; El canto del Vivac, de Mallén Olleta, y el grandioso Ave Verum de Saint Saëns.

También cantaron selectas particellas algunos de nuestros orfeonistas; la niña Nieves Clemente, La espuma del champagne; Sr. Larrodera, una Plegaria la Virgen; Sr. Gil, El tamborilero, y el señor Jiménez la cavatina de Il barbiere di Siviglia.

Para el coro y para los solistas hubo unánimes y merecidos aplausos.

El Sr. Orensanz, en nombre del Orfeón Zaragozano y los señores Borguñó y Gambón, por el de Graus, pronunciaron sendos discursos de salutación y de mutuo cariño.

Con clamorosos aplausos y aclamaciones recíprocos terminó el simpático acto entre los dos orfeones en el que se sellaron los vínculos de afecto que ya existían anteriormente.


EL ORFEÓN EN ZARAGOZA 4ª parte

20 DE JUNIO 1915

La ofrenda de los orfeonistas

A las once y media de la mañana estuvieron los simpáticos orfeonistas en el Cementerio de Torrero, para depositar una corona de flores naturales sobre la tumba de Costa.

Rodearon los orfeonistas el lugar sagrado donde descansan los restos del insigne aragonés, descubrieronse los hombres, musitaron oraciones las señoritas y niños que forman parte de la masa coral y adelantándose el culto director de El Ribagorzano D. Marcelino Gambón colocó la hermosa corona de flores sobre la lápida de piedra que cubre el sepulcro del sabio.

El señor Gambón, emocionadísimo por el recuerdo de Costa pronunció breves y sentidas frases a la memoria del maestro; ensalzó sus obras, sus amores por Graus y por la patria, sus sabios consejos y terminó expresando su satisfacción por que la semilla que sembró Costa había fructificado en el Orfeón gradense, masa cultural nacida al calor de sus enseñanzas.

Honremos a nuestro muerto -decía el señor Gambón- continuando su obra meritísima en honor de España, del arte y de Graus.

Terminada la visita, los orfeonistas admiraron el mausoleo recientemente erigido a la memoria de Costa y abandonaron la necrópolis de Torrero silenciosos y conmovidos, al recordar la figura del hombre con quien convivieron y cuya vecindad inmortalizó en la historia el nombre de la villa de Graus.



Notas al margen

La noble villa altoaragonesa, -donde el gran Costa buscó refugio, escribió sus libros portentosos y encontró la muerte- debe mostrarse orgullosa de su naciente y notabilísimo Orfeón.

Un hombre de entendimiento y de corazón, un apóstol del Arte, Manuel Borguñó, puso a contribución de tan importante obra social, toda su inteligencia y todo su entusiasmo. En diez meses ha obrado el milagro de agrupar más de ciento cincuenta voluntades disciplinadas y dirigidas cabalmente por su temperamento de artista.

Hombres fuertes y laboriosos, bellas mujeres y risueños niños; cuanto en Graus vale y significa; en saludable confraternidad todas las clases sociales; han realizado una labor por mil conceptos admirable y cuya trascendencia en la vida local no ha de tardar en comprobarse.

[...]

Bien puede el Orfeón de Graus acometer las más difíciles empresas artísticas, pues, a parte de que el coro es muy nutrido y hay gran abundancia de voces de gratísimo timbre, vírgenes y plenas de salud, cantan con un estilo de vocalización irreprochable. He ahí uno de sus méritos sobresalientes. Sorprende también agradablemente la variedad de matices puestos de relieve en las páginas descriptivas, en las que la discreta ponderación vocal hace sentir la dulzura, la graciosa placidez de que están impregnadas las melodías.

Cantan con precisión y delicadeza. La firmeza en los ataques y en las explosiones contrastantes de sonoridad es completada por la perfección en los empastes de las distintas cuerdas. Lo que les permite dar a sus ejecuciones una expresión magnífica cuyo colorido recorre toda la grama de luz, de intensidad, de aterciopelado hasta el punto de que la línea melódica se esfuma, se diluye, por medio de pianísimos, sordinas y otros efectos a media voz.

Desde el débil murmullo hasta los brillantes conjuntos corales el orfeón de Graus canta con acentos apacibles, sin desgarrar en los fortísimos ni acelerar el tiempo, defectos en que incurren con frecuencia los orfeones poco disciplinados.

Las frases musicales son dibujadas. No es posible obtener mayor exactitud. Y cada obra alcanza así el relieve propio y bien definido que le caracteriza. En la articulación y modulación de las palabras pudimos apreciar una propiedad y un sentimiento armónico verdaderamente extraordinarios. De ahí que las estrofas se desarrollan, de una a otra cuerda de cantantes, en forma de espirales. Sobre todo en la resolución de las frases y en el procedimiento admirable de los grupetos, para conducir mejor las voces, nos convencieron los simpáticos gradenses de que vencen las mayores dificultades con gran sencillez. El ajuste es perfecto y merced a la seguridad con que vocalizan, su sosiego, y el exquisito sentido tonal de que hacen gala, consiguen siempre una afinación impecable.

En suma, hubo pasajes en que al escuchar a esta masa coral nos parecía oir la solemnidad y la armonía de un órgano: que es, a nuestro juicio, el desideratum a que pueden aspirar las agrupaciones orfeónicas cuando cantan composiciones a voces solas.

También es digno de los más efusivos encomios el Sr. Borguñó por sus laudables propósitos en favor de la típica canción española. Para expresar cuanto se quiera no es preciso recurrir a latiguillos, procacidades ni chabacanerías, cosas de gusto pésimo que están mandadas retirar de la escena por ser atentatorias a la pureza del arte lírico. No hace falta más que inspirarse en los cantos populares, tan pródigos y hermosos en nuestro país.

El folklore español es cantera de donde pueden sacarse grandes bellezas musicales sin apelar a procedimientos canallescos que hemos importado en mala hora. Para decir bien las coplas no hace falta más que conservar íntegramente el aire popular y exteriorizarlo con gracia honesta, candorosa, naturalísima. Y esa es la causa de que las distinguidas damitas del Orfeón de Graus Pepita Sazatornil y Conchita López, aparte de sus espléndidas facultades, hayan sido aplaudidas con insólito entusiasmo. Aquellas castizas tonadillas de autores desconocidos del siglo XVIII, especialmente La flor de la canela, El marabú y la Tirana del caramba nos hicieron evocar la épica inmortalizada por los cuadros de Goya y los sainete de Ramón de la Cruz.

La jota de ritmo variado, escrita por el notable compositor Sr. Borguñó, director de Orfeón, y cantada con mucho ángel por la señorita Sazatornil, es una página de inconfundible sabor regional. Ese es el camino, y no hemos de ser nosotros quienes regateemos el aplauso y el parabién muy cordial a tan cultísimo músico y a sus admirables discípulos que ponen el nombre de Graus a gloriosa altura.

Heraldo de Aragón, 21 de junio de 1915

viernes, 19 de junio de 2015

EL ORFEÓN EN ZARAGOZA 3ª parte

"Albadas" para el Orfeón de Graus

Para unir a la bandera
de ese notable Orfeón,
una cinta le dedica
el HERALDO DE ARAGÓN

Bendita morena, canta
una niña muy gentil;
para bendita morena,
Pepita Sazatornil.

Graus tiene cosas muy buenas
y de sus hijos amadas.
Dejadlas en Zaragoza,
que nos hacen mucha falta.

Conchita López cantó
El lenguaje de las flores;
la flor más linda de todas
se llama, Conchita López.

Ya se que estás en la cama
ya se que no duermes, no,
ya se que estás aplaudiendo
las obras de Borguñó.

MEFISTO

Heraldo de Aragón, 20 de junio de 1915

EL ORFEÓN EN ZARAGOZA 2ª parte

19 DE JUNIO DE 1915

"Primer concierto

Venciendo grandes dificultades, con la fe puesta siempre en el ideal, sin vacilaciones, sin desmayos, los meritísimos elementos que integran esta joven corporación artística pudieron realizar, al fin, su sueño dorado: ofrendar las primicias de su admirable obra al pueblo de Zaragoza.

Si consideraban galardón suficiente para sus desvelos el que aquí agradase su fervorosa labor, satisfechos pueden estar los simpáticos y notables orfeonistas gradenses, de la excelente acogida que les hizo anoche nuestro público en el Teatro Principal.

Fue un éxito clamoroso, entusiasta, definitivo. Nadie, por muy optimista que fuera, podía suponer que obtuviese el ya laureado Orfeón de graus, un triunfo tan halagüeño e indiscutible. Todo lo merece. Y es que asombra la magnitud del esfuerzo que se requiere para llegar a conseguir en un plazo relativamente breve una masa tan numerosa y disciplinada en la que no se sabe qué admirar más: la calidad de las voces o la perfección y el gusto con que cantan todas las composiciones.

Nuestro primer coliseo estuvo anoche bastante concurrido. Más debió estarlo, porque el programa tenía muchos alicientes y los precios eran muy económicos en relación a la importancia del espectáculo. [...]

 Calle del Coso y Teatro Principal

En la primera parte fueron cantadas por el Orfeón, con acompañamiento de orquesta Resurgimiento, del director señor Borguñó, y Patria nueva de Grieg; y a voces solas Canto de la Alondra, un breve y primoroso capricho de Mendelssohn, que fueron muy aplaudidas. Para terminar esta parte se cantó la conocidísima Jota del maestro Retana, que hubo de ser repetida en medio de una formidable ovación. En realidad no habíamos nunca oído interpretar con tanta maestría esta hermosa partitura netamente baturra, puesto que imitan las voces los instrumentos de una rondalla. El público no se cansaba de aplaudir la insuperable filigrana que hicieron en esta Jota los orfeonistas gradenses, que consiguieron uno de sus éxitos más resonantes.


 Canto de la alondra. Mendelssohn




La segunda parte estaba dedicada exclusivamente a la canción genuinamente española. [...]

Fueron las encargadas de cantar estas tonadillas antiguas y algunas copias modernas, las bellísimas y gentiles señoritas Pepita Sazatornil y Conchita López, contralto y soprano lírica, respectivamente. Tienen muy bonitas voces y dicen las frases con ingenua y graciosa atención. Además de algunas canciones del siglo XVIII figuraban otras dos de los maestros Granados y Borguñó.


El distinguido auditorio se entusiasmó con ambas cantantes y premió su labor con grandes aplausos y aclamaciones.

En la tercera parte sobresalieron unas Albadas populares, de Borguñó, cuyos solos cantó con muy puro estilo Antonio Baldelloc (Mustalá), que recibió una calurosa ovación. Puso fin al concierto la magnífica marcha de Tannhäuser, acompañada por la orquesta.


Con gran entusiasmo lo acogió el público, y los orfeonistas fueron muy aplaudidos y felicitados, el muy singularmente director D. Manuel Borguñó, que demostró su peculiar maestría dirigiendo todas las obras interpretadas.

Un telegrama

Durante el concierto recibió el director el siguiente despacho:
Centro Aragonés de Barcelona que sigue con satisfacción y entusiasmo brillante labor Orfeón que tan alto ponen actividad y competencia artística de usted y tanto dice en favor cultura Graus, ruégale le considere como en espíritu lo está en las audiciones Principal y acepte cariñosísima felicitación y sinceros aplausos para todos. Sayos, presidente, Bona, secretario."

Heraldo de Aragón, 20 de junio de 1915

jueves, 18 de junio de 2015

EL ORFEÓN EN ZARAGOZA 1ª parte

18 DE JUNIO DE 1915

Barbastro. Las fiestas de San Ramón

Desde por la mañana van llegando a esta ciudad individuos que pertenecen al Orfeón de Graus y que a la hora de salida del tren correo a Zaragoza se reunirán en la estación para verificar su proyectada excursión a la capital aragonesa.


Grandes son los deseos de que al pasar por aquí, de regreso, pudiéramos admirar su hermosa labor, pero según nos dijo el ilustrado director, no sería posible complacernos, como se complacerían todos y cada uno de los orfeonistas, porque no puede disponerse del teatro Principal en las pocas horas que han de descansar en Barbastro, pues piensan regresar a Graus el mismo día.

Veremos si hasta entonces se pueden orillar todas las dificultades que impiden la celebración de tan deseado concierto.

Recibimiento

La llegada del Orfeón de Graus constituyó la nota del día en la ciudad.

Se le aguardaba con expectación y simpatía y se le recibió con verdadero entusiasmo.

A la estación salieron verdaderas romerías de gente a recibir a los simpáticos viajeros y las calles céntricas a la hora de llegada del tren de Barcelona, estuvieron atestadas de público. El tren llegó a las 7'43.

Esperaban a los orfeonistas la Diputación, Ayuntamiento y Orfeón de Zaragoza. 

La Diputación estaba representada por los señores Isábal, Villagrasa, Pérez Cistué y Cajal.

El Ayuntamiento por los señores Laguna Azorín, Sanz, Moyano, Velilla y Monserrat.

Del Orfeón estaban su presidente señor Orensanz y la mayor parte de los coristas con el estandarte.

Vimos también en el andén, aguardando a los gradenses, a los señores Savirán, Bruned, Español, Mateos y otros muchos.

El presidente y directores fueron presentados a las comisiones oficiales y representantes de la prensa.

[...]
Estación del Arrabal de Zaragoza. Foto tomada de "El desván de Rafael Castillejo"

Entrada en la ciudad

Cambiados los primeros saludos se organizó la entrada en la ciudad.
Rompió marcha la guardia municipal montada; seguía la banda del Hospicio interpretando pasos dobles.

Iban después los orfeonistas de Graus y Zaragoza con sus estandartes y finalmente los coches del elemento oficial, en que se ofreció asiento al presidente y directores del Orfeón de Graus.

Fue una nota pintoresca la entrada de la comitiva en la ciudad.

El Arrabal y el Puente de Piedra estaban totalmente invadidos de público.

Los gradenses daban vivas a Zaragoza y escuchaban aplausos.

La entrada se realizó por las calles de Fernando el Católico, Pilar, Alfonso, Manifestación y Democracia hasta el Ayuntamiento 1.

Los balcones de las calles por donde pasó la comitiva estaban igualmente llenos de público que tributó un cariñoso y entusiasta recibimiento a los orfeonistas.

Ayuntamiento de Zaragoza en 1915. Plaza de Santo Domingo

En la Casa Consistorial

Poco después de la ocho y cuarto llegaron los orfeonistas y comitiva oficial a la Casa Consistorial.

En el Ayuntamiento fueron recibidos los expedicionarios por los concejales señores Mainer Barnolas y Lacambra; el secretario de la corporación Sr. Berdejo y el jefe del negociado de Gobernación Sr. Bartos.

La presencia de los orfeonistas en la calle de la Democracia produjo entusiasmo indescriptible.

La muchedumbre rodeaba a los expedicionarios gradenses, la banda provincial precedía a aquellos tocando un paso doble, que era coreado por los muchachos y los vivas a Graus y Zaragoza no cesaron hasta que la comitiva y los orfeonistas entraron en el palacio municipal.

Las bellas señoritas y encantadoras niñas que forman parte del Orfeón gradense, así como las lindísimas señoritas y niñas del Orfeón Zaragozano que les acompañaban, tomaron asiento en los escaños concejiles.

Ocuparon la mesa presidencial el teniente de alcalde Sr. Laguna Azorín, el presidente de la Diputación Sr. Isábal, el presidente del Orfeón de Graus, los diputados señores Pérez Cistué, Villagrasa y Cajal y los concejales señores Moyano, Saez, Mainar, Montserrat, Lacambra y Velilla.

Los estandartes de los orfeones de Graus y Zaragoza fueron colocados detrás de la mesa presidencial.

El Sr. Laguna Azorín dió la bienvenida a los orfeonistas en nombre del alcalde y del Ayuntamiento en breve y correcto discurso, interrumpido varias veces por los aplausos y vítores, teniendo cariñoso y sentido recuerdo para la villa a cuyo historial va unido el nombre de Costa.

El señor Laguna Azorín terminó su discurso de salutación con vivas a Graus, a Zaragoza y al Orfeón gradense, que fueron contrastados por los orfeonistas con vivas a Zaragoza y a las autoridades zaragozanas.

El recibimiento que Zaragoza dispensó a los orfeonistas de Graus fue francamente afectuoso."

Heraldo de Aragón, 19 de junio de 1915.


1. El Ayuntamiento de Zaragoza en 1915 estaba en el edificio que fue Instituto de Bachillerato "Luis Buñuel" en la Plaza de Santo Domingo. La calle Democracia es ahora la calle Predicadores.

viernes, 12 de junio de 2015

EL ORFEÓN DE GRAUS EN ZARAGOZA

Junio de 1915

"El día 18 del corriente, partirá la masa orfeónica gradense para la inmortal Zaragoza, en cuya invicta y hospitalaria capital dará nuestro Orfeón dos audiciones en su primer coliseo, los días 19 y 20 del actual.

[...]

¿Se detendrá nuestro Orfeón en Barbastro?

Nuestro estimado colega barbastrense "Juventud", en un escrito de elocuente patriotismo que publica en su último número, invita a nuestro Orfeón a que al regreso de Zaragoza de una audición en el coliseo de la ciudad hermana.

Nosotros contestamos por nuestra propia mente al colega, que si Barbastro quiere oir al Orfeón de Graus, y en ello tiene empeño, lo oirá.

[...]"

El Ribagorzano, 27 de junio de 1915

viernes, 5 de junio de 2015

6 de JUNIO de 1915, 3ª parte

[...]

"Banquete y serenata

Después de la visita al Sindicato nos trasladamos a la fonda de Samblancat, en cuyo magnífico comedor la junta del Orfeón nos ofreció un suculento banquete.

Durante él la banda de Graus ejecutó en la calle escogidas composiciones, formándose un animado baile. Finalizó con la Jota, cantando coplas alusivas[...].

El público que llenaba la anchurosa calle del Barranco, aclamó las coplas y prorrumpió en grandes aplausos.

Sigue la fiesta

A las doce terminó la serenata, pero en Graus la gente es tan amable que nunca se encuentra hora para separarse de aquella. Honrados con la presencia de las hermosas señoritas Ángeles Pallás, Margarita y Rosario Gambón, Pepita y Cipriana Sazatornil, siguió la fiesta, organizándose un agradabilísimo concierto.

Cantáronse jotas y más jotas, en las que Pepita Sazatornil triunfó como antes en los cuplés, en toda la línea, y a las dos de la mañana entonaron todos la sardana del maestro Morera, La noche del amor, que es hermosísima. Después con sentimiento nos fuimos despidiendo de todos aquellos buenos amigos, retirándonos a descansar.

El regreso

A las cinco y cuarto de la mañana salimos de ayer salimos de Graus, almorzando en Huesca, donde pasamos una hora, y llegando a Zaragoza a las doce y media, satisfechísimos del viaje y obligados de por vida a las atenciones que en Graus nos han sido dispensadas."
 
[...]

Don Ramiro.

Artículo publicado en La Crónica, de Zaragoza, reproducido en El Ribagorzano, 27 de junio de 1915


6 de JUNIO de 1915, 2ª parte

"El concierto

Al mediodía fuimos obsequiados con una espléndida comida en casa de Samblancat, y la sobremesa se alargó inadvertidamente hasta la hora del concierto, [...].

El concierto estaba señalado para las cinco, y a esa hora el salón del lindo teatro donde se domicilia la Sociedad coral aparecía completamente lleno, figurando entre la concurrencia lo más selecto y distinguido de la buena sociedad de Graus.

En primer término en la sala aparecía, en dos grupos, los orfeonistas, a ambos lados del piano y armonium con que debían ser acompañadas las obras a ejecutar.

Antes de comenzar, el señor Gambón hizo en cariñosas frases la presentación de los viajeros, que ocupábamos asientos en el escenario, y a continuación el señor Marraco agradeció las palabras de señor Gambón y aplaudió como se merece la labor social realizada por el Orfeón.

El programa

La primera parte del programa la constituyeron la obra de Mendelssohn "Alondra de amor", "Resurgimiento" del señor Borguñó, y "Patria nueva" de Grieg. En todas ellas los orfeonistas demostraron estar sobradamente capacitados para triunfar ante públicos más exigentes. Constituyen una masa coral muy bien conjuntada, con voces muy bien timbradas, y en su ejecución se advierte una compenetración admirable con el espíritu de las obras que ejecutan. La señorita Egea y el señor González, a cuyo cargo estuvieron los solos, demostraron poseer dos voces muy bien preparadas a las dificultades de sus respectivas partes.

Tonadillas y couplés

Constituye como la nota de más novedad en esta agrupación lo que se refiere a la ejecución de tonadillas y cuplés. El maestro Borguñó ha querido dignificar el campo de las canciones, y para esa labor ha puesto a contribución autores antiguos y modernos, aparte su personal inspiración, colaborando en esta obra dos muchachas que todo lo merecen por su arte, hermosura y gentileza, Pepita Sazatornil y Conchita López.

El arte de estas dos muchachas no tiene ninguna relación con lo que hemos visto tantas veces en los escenarios. [...] decir que estas dos muchachas, en la gentil edad de los dieciséis años, no pisaron jamás más teatro que el de Graus, ni han salido de la villa ribagorzana, ni siquiera a Barbastro, y por lo tanto cuando vengan a Zaragoza será la primera vez que vayan en tren.

Pepita Sazatornil y Conchita López cantan con notable desenvoltura las notables canciones que conservan la señoril inspiración del siglo XVIII y principios de XIX, El marabú y el Bolero del déjame, [...]. También la señorita Pura Colón cantó la jota con mucho estilo y buena voz.



Final del concierto

En la tercera parte volvió a tomar parte el Orfeón, que ratificó la excelente impresión que nos causó desde el primer momento.

Tanto en Salud a los cantores, de Thomas, como en la marcha de Tanhaüser, los orfeonistas estuvieron afortunadísimos, recibiendo calurosas y muy merecidas ovaciones.

A continuación, un gallardo montañés, Antonio Baldellou, cantó con mucho estilo y excelente voz unas Albadas, aire popular del Alto-Aragón, que nos cautivaron. Para que se vea el entusiasmo que acompaña a la obra de esta agrupación, diremos que este muchacho cantor de albadas, hizo una jornada de treinta y tanto kilómetros para poder tomar parte en el concierto. por lo cual su entrada a mitad del programa fue acogida con cariñosa ovación.

Un juicio sincero

Terminó el concierto con la Jota, cantada de modo insuperable por el Orfeón y las señoritas Paquita López y Pepita Sazatornil, que hubo de repetirse entre atronadores aplausos.

Terminado el concierto, nuestro director, don José García Mercadal, hizo uso de la palabra, felicitando a los fundadores e impulsores de tan importante obra, y dando la enhorabuena a los orfeonistas, por lo acertadamente que dieron cuerpo a iniciativa tan digna de alcanzar el triunfo."

[...]



Artículo publicado en La Crónica, de Zaragoza, reproducido en El Ribagorzano, 27 de junio de 1915